Normalmente no compro películas, porque no puedo comprar originales (no hay dinero, para darse esos lujos, con los libros es diferente) y porque tampoco sé dónde venden. Y me da carga de conciencia comprar pirata. Pero existen excepciones. Sólo por una buena causa: escribir un cuento. Y hoy salí en busca de una película.
El Virrey, centro comercial de Trujillo. Después de recorrer sus tiendas me di cuenta que no iba a encontrar esa película, al menos no ahí. Seguro que no busqué en todas las tiendas, tampoco sé dónde venden películas piratas.
Zona Franca, Plazuela Gonzáles Prada, y alrededores. En cada tienda que entraba:
- Buen día. ¿Tiene la película "mente suicida"?
- No, no la tengo.
Al menos deberían ilusionarme buscando, haciendo el esfuerzo por encontrarla. No, de frente me decían, ¡no!
Estamos en Trujillo, el Perú. Donde a cada rato hacen operativos para encontrar piratería y de hecho que encuentran. Por más intento que hagan los vendedores de guardar la "merca". Siempre decomisan piratería y luego hacen un espectáculo quemándola, o a veces, se la llevan los policías para verlas en sus casas, o a lo mejor, lo hacen los ficales.
Y yo no puedo encontrar una película tan simple (y poco conocida, al parecer).
¡Increíble!
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