viernes, 29 de enero de 2010

Un día como hoy...

Un día como hoy, es decir, hoy, empecé el día conversando con Dios. Luego tuve que trabajar, sí, eso hace la gente normal para subsistir, económicamente, a eso me refiero.
Por motivo del trabajo tuve que estar en Virú, ¡vaya ciudad!, llena de mosquitos, y no tengo nada contra Virú ¡eh!, no se ofendan los viruñeros (así se dice ¿no?, si no es así, me disculpan). Es sólo que los mosquitos quisieron acabar conmigo, no lo lograron, pero casi lo logran con mis piernas y pies. Y del calor, ni se diga!
Y el almuerzo...wow...qué feo...parece que no hemos sido muy bien tratados en Virú, al menos, yo no.
A las 5pm tengo clase en la universidad, siendo las 4:30pm recién salimos del centro poblado Victor Raúl. No logro llegar a clase, jum!
(Ok Steyfer, y ¿a quién le importa esto?)
Sí, quizá a nadie le importe el mal día que pasé hoy, pero simplemente quise contarlo, porque me encantó el final. Así que prosigo...
Llegué a Trujillo, y decidí caminar, latear, aplanar calles. Lugar escogido para esta misión: centro histórico de Trujillo. Dar unas cuantas vueltas antes de llegar a mi casa.
Ya en casa, era inveitable darme un baño. Me remojé como nunca antes lo había hecho. Y llevé un libro al baño, mientras estaba ahí sentada en la bañera, mojando mi cuerpecito, leía un cuento: "la escritura y el crimen".
Nada mejor para alegrarte el día que un buen cuento.
Sólo se me olvidó algo, el agua también moja las hojas del libro...oops.
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domingo, 10 de enero de 2010

Un grito, una voz...un susurro


Oyó un grito desesperado:
- ¡Me necesitas, ¿cuándo vas a convencerte?!
Fue cuando sus huesos se helaron y la piel se le puso de gallina. Un escalofrío recorrió su cuerpo, de pies a cabeza (no al revés). No, no era un grito desesperado, era un susurro, muy bajito...que logró oír en su desesperación, su desesperación y depresión.
Parecía reconocer aquella voz, pero no lograba recordar dónde, cuándo, ni cómo la había escuchado antes.
Sólo sentía que conocía esa voz, y quiso ir tras ella. Pensó en regresar a su infancia, quizá era ahí que la había escuchado. Y regresó al día siguiente de aquella madrugada en que su madre actuaba de forma extraña, caminando desnuda por la habitación donde sus pequeños dormían, a aquel día en que su madre falleció. Y reconoció esa voz, ¿era la misma voz? la que en aquella ocasión le dijo: "tranquila, no estarás sola". Tenía dudas,
- ¡No era la misma! - se dijo a sí misma.
Entonces, regresó a su niñez, a aquel episodio en ese teatro. Ella había soñado con ese día, sería una gran artista, todos le aplaudirían y escucharía decir a todos: "lo hiciste muy bien, no hay otra como tú". Pero hubo alguien...alguien a quien ella amaba, su padre, llegó borracho y la sacó de aquel teatro, el espectáculo nunca se llevó a cabo, no con ella en el escenario. "Aunque él no lo sepa, te ama. Pero yo te amo mucho más", recordó aquella voz sublime, aquella frase que la acurrucó en algún abrazo, pero sus recuerdos no eran claros, su memoria le fallaba un poco. Y las dudas la estaban matando.

Ahí estaba, ella tenía quince años, enamorada inocente, frágil, con heridas en el corazón. Aquel primer beso, y se remontó al último, el último beso, fue...simplemente fue. "Fue lindo mientras duró", le dijo aquel chico, que hasta el día anterior sólo había dicho frases cursis y muy románticas. Era la primera vez que su corazón oía algo así, y no quería oírlo, pero se tragó sus lágrimas, hasta llegar a su habitación, ahí explotó en llanto, ahí se resquebrajó totalmente. "Él nunca te amó, pero eso no importa, mi amor puede llenar el vacío de tu corazón, mi amor puede sanar tus heridas". Ese recuerdo estaba más claro, esa voz, ¡diciendo que en verdad alguien le amaba!
Esa voz resonaba otra vez en su mente. Ella comparaba sus recuerdos, la voz siempre fue la misma, estaba convencida de que sí, pero aún no lograba dilucidar quién era, cómo es que podía escucharla.
- Siempre fuiste tú, mi Dios, siempre estuviste conmigo, en aquellos momentos, nunca estuve sola. ¡Gracias! ¡Perdón por haberte dejado de lado todo este tiempo!
Steýfer

miércoles, 6 de enero de 2010

:(

Hoy quisiera estar bien. Hoy quisiera no verte. Quisiera no llamarte...pero...ya lo hice. Ya no estoy bien.
Ya no sé quién eres. Ya yo no soy yo. Y hoy recuerdo quién fui ayer. Hoy sé que me había esforzado por ser quien fui ayer, pero mis esfuerzos fueron en vano, porque ya yo no soy yo. Y tú eres quien siempre fuiste, pero yo nunca te vi.
Yo siempre estaba, tú, ¿dónde?
Ya no me importa nada. Mañana seguiré pensando en ti. Hoy se acabó el día. Tú sigues siendo tú. ¡Maldita sea! ¡Sigues siendo tú!
Atentamente,
alguien que no es capaz de enviarte este mensaje, alguien que sabe que no leerás esta entrada.

lunes, 4 de enero de 2010

Ayer...eres tú

Te vas, ¿cuándo volverás?
Viniste, ¿cuánto te quedarás?
Aquí estoy, ¿siempre estaré?
Éstas son las preguntas que siempre quise hacer: cuando te ibas, cuando regresabas...y cuando yo me quedaba, a veces a tu lado, a veces sin ti.
¿Algún día me iré yo?, quizás. Quizás llegue el día que me vaya y no regresaré jamás.
¿Seré capaz de irme? ¿Seré capaz de no volver?
¿Seré libre algún día?...
Hoy recordaba este pasado, hoy que te vi más arrugado, más viejo y más solo.
Hoy que te vi más feo que nunca. Ya que soy libre.
- Hola - te dije.
- Hola - apenas pudiste responder, con esa voz que parece que te estás yendo al más allá.
Tropezaste con la nada, te esforzaste por pararte firme, y luego seguir caminando, ridículo como nunca.
¿Yo cambié?, ¿fuiste tú, quien cambió? Ya no importa.

domingo, 3 de enero de 2010

Tú, siempre tú...

Te fuiste sin decir adiós...te fuiste sin decir si regresarás, sin preguntar si te esperaré.
Prefiero no tener el celular cerca para no tener la tentación de llamarte. Algo me dice que te llame, pero mi orgullo aleja de mí tu nombre.
- ¿Volverás? Te extraño - te dije un día.
- También te extraño.
Ésa es la conversación que nunca pude tener contigo y siempre quise escuchar.
Nunca te llamé. Tú jamás llamaste.
Yo no sé si te esperaré. No sé si volverás.
Supongo que ahora soy libre. Pero, ¿por qué esta libertad me causa tristeza?