viernes, 30 de enero de 2009

Una bolsa cayó del cielo



Una bolsa cayó del cielo, Robert, no sé porqué me acordé de ti, será por…o simplemente será que estaba pensando en ti. Lo sucedido es que tu nombre apareció en mi mente. La bolsa estaba vacía Robert y el aire la llevaba por el cielo, aquel cielo de ciudad que está lleno de nubes que más parece smog lo que no existe en la sierra, y ahí iba la bolsa, parecía que no caería nunca, pero cayó Robert, y es que claro pues, todo lo que sube tiene que bajar ¿cierto?, tú sabes más de esto, a mí nunca me gustó la física, Robert, tú lo sabes. Y ahí estaba la bolsa vacía, mi pequeño y gran amigo, ahí estaba meciéndose de allá para acá, la vi caer sobre un taxi, creo, sí, fue un taxi y el taxi se fue y sin que el chofer pueda darse cuenta, ahí estaba la bolsa, la bolsa vacía, amigo. Y me atrevo a hacer una comparación, no sé si te gustará, pero es una reflexión mía de las que a veces escribo (otras quedan sólo en mi mente Robert) y esa bolsa vacía, ¿no se parece, acaso, al alma del ser humano?, con un vacío profundo Robert, un vacío que mientras no lo llenemos, estaremos como aquella bolsa, meciéndonos de aquí para allá de acuerdo a donde nos lleve este mundo, como el aire hacía con esa bolsa vacía, Robert, andando sin rumbo fijo, aunque a veces parecía que la bolsa tenía un rumbo, pero luego regresaba otra vez, no sé, quizá el aire cambiaba de dirección, ¿es posible eso Robert?, tú sabes más de esto que yo. Así es el ser humano, camarada, parece encontrar un rumbo, cree haber llenado su vacío, pero luego…regresa otra vez, como aquella bolsa, Robert, vivimos de aquí para allá y si el mundo cambia de dirección, nosotros también lo hacemos, así somos, ¿te das cuenta? El ser humano piensa haber llenado su vacío, sin embargo, sigue como esa bolsa: vacía, esa bolsa vacía que cayó mi amigo, de tanto ir de acá para allá, cayó, sí Robert, y es que estaba vacía, pero ¿sabes algo?, ahora pienso, ¿si lo llenábamos con aire?, tarde o temprano hubiera caído también, ¿cierto?, tú sabes de esto Robert, a mí nunca me gustó la física. Pero…¿el helio Robert?, ¿si la llenábamos con helio?, no hubiera caído, no Robert. Y, ¿el ser humano? Vive llenando su vida de aire ¿ves?, o piensa haberla llenado con otra cosa o la llena con aire, pero necesita el helio Robert, el helio para no caer más, ahora lo entiendo. Ah claro, Robert, tú te preguntarás, ¿y cuál es el helio para el ser humano?, es simple camarada, es Dios nuestro helio, es a Él a quien necesitamos para no caer Robert, ¿ahora lo entiendes?
¿No quisieras llenar tu vida, tu alma con helio Robert? Ya no caerías jamás amigo, ya no cambiarías de rumbo, sin importar que el mundo lo haga; y podrías ser feliz, sólo basta que así lo quieras, y que puedas tener fe.
¡Anímate Robert! Como aquella bolsa vacía, nunca es tarde para que ese vacío sea llenado.