miércoles, 29 de septiembre de 2010

u.u

A veces parece que sí existo, pero otras veces, no me miras, no me tocas, no me sientes.
A veces sólo me miras. A veces, a veces, sólo te miro.
A veces no me miras. A veces, a veces, sólo quiero tocarte.
A veces, sólo quiero sentirte.
Prefiero pensar que a veces, sí existo para ti.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Sin mí...contigo

A veces te veo, nunca me ves.
Tu mirada invade mi mente, sólo mi mente
Mi mirada invade tu alma,
tú no te percatas.
Mi alma te desea cerca,
tú evitas mi mirada.
Te alejas...te vas,
nunca estuviste aquí.
Volveré...quizás no,
tú seguirás yéndote,
sin importar cuánto yo...
cuánto yo te necesite.
Nunca necesitarás de mí,
me iré sin que sepas que estuve
sin que sepas cuándo llegué
sin que al menos me recuerdes.
Tu nunca te irás,
vivirás siempre en mí
amándote, odiándote,
despreciándote...vivirás.

domingo, 12 de septiembre de 2010

EXAMINÁNDOTE


Te contemplaba mientras mi examen yacía abandonado sobre mi carpeta. De pronto levantaste la mirada. Mis ojos avergonzados recordaron que tenían un examen por resolver.
Por un momento estuve pensando en mi examen, tratando de recordar lo que había leído mientras pensaba en ti.
Mis ojos vagaban por el resto del salón, pero no pudieron alejarse de ti. Otra vez miraste. Mis ojos tímidos se quedaron por un segundo, quizás fueron dos.
Mis sentidos no querían ver el examen. Mis ojos se cerraban y pensaba en ti.
De pronto, mi lápiz rodó por el piso. Te acercaste alcanzándomelo, me miraste y susurraste:
- ¿Te veo esta noche? – tu sonrisa permanecía intacta.
- Te espero donde siempre – te dije, muy apresurada y en voz muy bajita.
- Gracias – dijiste, mientras guiñabas un ojo.
Un casi grito interrumpió:
- Faltan cinco minutos y acaba el examen – dijo el profesor en voz alta y sonriendo con gentileza.
Me di cuenta que no había terminado mi examen. En mi desesperación empecé a llenarlo y a marcar alternativas apresuradamente.
De repente te acercaste:
- Ya terminó el examen alumna – tu sonrisa permaneció intacta.
- Por supuesto profesor, ya había terminado – te dije mientras trataba de no mirarte más.