viernes, 18 de febrero de 2011

Fin


Y llegó el final de una historia que nunca tuvo inicio.
Le llegó el final a nuestra historia, aquella historia sin fin que tejimos, perdón, que yo tejí, y que tú te encargabas de destejer cada vez que tenías oportunidad.
Insistías en ser nadie para mí y ahora que llegó el final, lo has conseguido.
Te declaro ganador, porque, una vez más, yo he perdido. Pero ten en cuenta que aunque seas el ganador, me perdiste, perdiste la mejor historia sin fin que pudimos haber escrito.
Nunca entenderé porqué nunca quisiste compartir mi pluma y dibujarme con tinta indeleble en tu corazón o al menos en tu piel.

3 comentarios:

  1. En un determinado momento de la lectura pensé que era yo quien había escrito esto; pero, No! Fuiste tú Step. Si, tú mi pequeña amiga. Realmente me conmoviste con el contenido de esta entrada, tan profundo, tan triste, tan irreal. ¿Por qué el amar está unido inevitablemente con el sufrir? ¿Acaso el sufrir es parte del amor? ¿A caso Jesús no sufrió por amor a nosotros? No niego, que mis ojos se nublaron cuando los deslizaba sobre cada palabra leída. Y cómo no van a nublarse, si debe ser doloroso “poner fin a una historia, y mucho más, si esta historia nunca inicio”.
    Seguid adelante mi amiga, y que importa poner fin a miles de historias si en cada fin vas escribir una entrada como esta, que me hará llorar junto contigo. Cuídate y QDTB.
    PD. No. No soy el “ciego” que no quiso compartir tu pluma y dibujar con tinta indeleble en tu corazón o tu piel. Jajaja…

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  2. Wow, me ha sorprendido tu comentario (más largo que mi entrada, jeje).
    No, yo no lloro. Yo sufro, sí, pero sufro en silencio, no lloro. Gracias mi buen amigo. Gracias por no ser ese "ciego", jeje.
    Cuídate mucho.

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  3. Hola Stéy... Me ha gustado...directo al corazón... disfruta de tus vacaciones... te lo mereces.

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