En el asiento último del micro, no había otro desocupado. Ahí donde te sientas y los baches te golpean todo.
Hay un personaje peculiar sentado a mi lado. Tiene un papel en sus manos, lo miro de reojo, parece que escribe.
Es un señor de edad avanzada (no quiero llamarle viejito) tiene una camisa verde y un pantalón que en algún tiempo fue de drill, ahora está gastado por el pasar de los años, usa unos tirantes que en otros tiempos eran muy elegantes. Y una gorra para cubrirse del sol de medianoche.
No puedo seguir mirando de reojo, debo ver su papelito, quiero desesperadamente, leer lo que escribe, anhelo mirar a sus ojos y saber cómo hace para inspirarse en un micro lleno de gente sudorosa y cercana una de otra. Y me preguntaba cómo es que un tipo de su edad aún pudiera escribir, seguro que, lúcidamente.
Volteo mi cara y mis ojos se dirigen a su papelito, totalmente emocionada...no puedo leerlo. Quizá sea otro idioma, no lo creo o no lo conozco. Veo su papelito y quisiera reírme de mí misma, pero siento vergüenza.
Tiene su papelito lleno de puntos, puntos, puntos y más puntos...algo así como los quipus, creí entender.
jaja, llenar el papelito de puntos... parece que más que inspiración, era aburrimiento xD
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