Si quisiera saldría y golpearía a muchos, quizás hasta mataría, pero siempre sale y vuelve, vuelve a su lugar, tranquilo otra vez. Con ese olor salado y su ruido cuasi silencioso y violento, con esa tranquilidad que me perturba.
Viene y va con una quietud intangible, con una quietud admirable.
Viene y va, sin desesperarse pensando si terminará de venir porque sabe que se volverá a ir.
Cada ola que revienta lo hace con tal paciencia que no sé si en verdad quiere reventar o creer que no tiene ningún apuro en reventar, creer que...¡sólo existe!
Absorbe la luz del sol y su energía queda en él, tendría suficiente energía para matar a la humanidad, pero...sólo viene y va...¡sólo existe!
No es como yo, como yo que dejo evidenciar mi furia; no es como yo que muestro mis lágrimas llenas de ira.
No es como yo; yo que...¡no existo!
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