Hoy te vi. ¿Recuerdas que a menudo estás en mis sueños? Justo hoy había estado durmiendo y me visitaste. Y...hoy te vi.
Me acerqué a ti, estabas acompañado, pero no me importó:
- Hola - te dije
- Hola - alcanzaste a decir un poco asustado y dando un paso hacia atrás.
- Quizá no me recuerdes, pero nos vimos hoy en la mañana - te dije tranquilamente.
- Pues...a decir verdad, hoy en la mañana recuerdo haber estado en mi casa - dijiste confundido.
- Sí, y yo estaba en la mía - te dije muy convencida de lo que afirmaba.
- Disculpe señorita, pero si Ud. estaba en su casa y yo en la mía, como parece ser que fue, me explica ¿cómo es posible que nos hayamos visto hoy en la mañana?
- ¡Simple Gustavo!...
- ¿Cómo...co...cómo es que sabe mi nombre?, señorita - interrumpiste.
- Gustavo, hoy en la mañana estábamos jugando a las escondidas. ¡Claro! Tú eres muy malo para ese juego, pero te atreviste, porque estabas cansado de jugar twister siempre.
- Sigo sin entender. Señorita, es muy probable que Ud. se haya equivocado de persona. Quizá coincida en nombre y nos parezcamos, pero no soy yo la persona que Ud. busca y que vio esta mañana y con quien estaba jugando a las escondidas, porque se cansó de jugar twister. No soy yo.
- Bueno Gustavo, sabía que no me recordarías, y siempre te dije que esto pasaría, y tú me decías que era imposible olvidarme. Y habíamos planeado este encuentro, tantas veces...pero ya no importa. Siempre quise conocerte en verdad. Verte en la realidad. Pero creo que prefiero verte en mis sueños.
- ¿Sus sueños?, yo sé que soy guapo - al sonreír se notaban tus hoyuelos - y puedo parecer el hombre de sus sueños, o de cualquier otra señorita, pero en verdad, no entiendo de qué me está hablando.
-No te preocupes Gustavo. Esto no me molesta. Ya hablaremos luego.
No sabes cómo me sentí. Había esperado tanto ese momento, y lo arruinaste. Siempre te había buscado. Mis ojos siempre estaban en algún muchacho que veía, de espaldas, de perfil, cachetón como tú, pero cuando me acercaba más, veía su sonrisa y sabía que no era la tuya. Tu sonrisa es inconfundible. Por eso hoy cuando te vi. Supe que eras tú. Cuando me viste y sonreíste - quizá fue sólo por compromiso, no me importó -, pude saber que eras tú.
¡Si tan solo me hubieras recordado, Gustavo! ¡Si tan solo hubieras...
Me recordó a Ojos de perro azul. Cómo será, hay personas que dicen que se pueden encontrar en sueños y luego hablar de eso. Lástima que Gustavo no pueda controlarlo!
ResponderEliminarSaludos.
estoy tan confundido como Gustavo, señorita. Pero me intriga saber cómo lo conociste sin que él lo note... cómooooo
ResponderEliminarA decir verdad, yo he pensado que es la continuación de Ojos de Perro Azul (claro que la calidad es mucho menor ps), ella se acordaba de él en sus sueños, pero él, o no soñaba con ella, o no se acordaba de ella; eso no tngo muy claro, jeje.
ResponderEliminarGracias por comentar!