jueves, 21 de abril de 2011

Sin título

El sol empieza a iluminar mi mañana, prefiero mirarte a ti. Aún no puedo ver con claridad, pues parece que el astro rey está tímido hoy. Es una pena que no tengas luz propia, pero aún te puedo ver bien. Aún estás libre y...y, ¡caramba! ni siquiera puedes expresarte, aunque quizá sí te expresas, pero yo no te entiendo. Tampoco lo entendí a él, o tal vez él no pudo expresarse. Anoche brillabas, alumbrabas mi camino, ¿él brilló alguna vez?, sí, a veces me pregunto lo mismo, pero sí alumbró mi camino, o mas bien alumbró su camino y yo iba pasando por ahí. La verdad es que al igual que tú, él no tenía luz propia, nunca pudo brillar por sí mismo, pero eso no me importó, nunca se lo reproché.
Empiezas a desvanecerte, te pierdes entre las nubes. Esperaré hasta la noche. Y es que anhelo verte, aunque es mejor verte de mañana, verte cuando ya te vas. Lo mejor de verte ir es saber que volverás, no tienes opción. Sin embargo, él sí tuvo opción y, una vez más, eligió mal, se fue prometiendo no volver.
Pero tú, tú siempre volverás, redonda, y tan blanca o amarilla, como quieras vestirte. ¡Te veo más tarde, luna!

miércoles, 13 de abril de 2011

:(

Hoy me cansé de ti. Y es que no sé si me quieres un poquito al menos. Y es que te quiero demasiado, pero este amor me está haciendo daño y no tengo fuerza de voluntad para alejarme de ti.
Quise que seas la persona especial que mi vida necesita, pero tú nunca te enteraste de esto. Y ahora, ya no sé quién eres, pero sé muy bien quien quiero que seas.
Pienso que eres demasiado egoísta para darte cuenta que estoy pensando en ti, demasiado ególatra para fijarte en mi sufrimiento.
Ya perdí la cuenta de cuántas veces me has fallado. Tú nunca lo supiste, pero yo confiaba en ti, creía en ti. En realidad, no he dejado de creer en ti, aunque ahora diga que no creo en nadie. Sigo esperando las migajas de tu buena voluntad. Porque creo que la buena voluntad vive en ti, quizás oculta, pero existe.
No intento llamar tu atención desde aquí, quizá nunca leas esta entrada, ya qué más da.
Quizá nunca entiendas lo mucho que te quiero. Quizá nunca sepas lo mucho que hice por ti. Todo lo que hice para que correspondieras este amor, pero no lo he conseguido, y, al parecer, el lugar que quise para mí ya está ocupado.
Tal vez deba dejar de pensar en ti. Quizá deba dejar de ver tu nombre en mi celular o buscarte en el msn, debería borrar los pocos recuerdos que me persiguen desde la lejanía. Hoy me cansé de ti.
Mañana...volveré a buscarte.

miércoles, 6 de abril de 2011

Aceptando la feliz realidad

He aceptado mi triste realidad: soy una mala persona.
Pero hoy debo aceptar una muy feliz realidad: ¡Dios me ama así!
Sé que soy mala, pero también sé que Dios puede transformar mi malo e insensible corazón en uno de carne, que se sea sensible a su voz. Un corazón conforme al corazón de Dios. Un corazón agradable a Él.
Dios me ama, Él sabe que soy mala, pero su amor es más grande que mi maldad, es más grande que mi insensibilidad.
Por todo esto, hoy decidí mirar a AQUÉL que nunca me humillará, a AQUÉL que ha confiado en mí, y, aunque le fallé, está dispuesto a confiar en mí de nuevo.
Dios, heme aquí, soy barro, se Tú mi alfarero.
Él ha puesto sus ojos sobre mí, quiero mirarlo sólo a Él.

sábado, 2 de abril de 2011

Aceptando la triste realidad

Y cuando me di cuenta, soy una insensible. Es demasiado tarde para intentar sentir algo que sea diferente a este maldito egoísmo.
Caí en la cuenta que soy una mala hija, una mala estudiante, mala...mala persona.
Todo fue muy repentino. De pronto lo tenía frente a mí, regañándome, humillándome. Estaba llena de ira, de cólera, no podía sentir otra cosa...de pronto me fui y entonces, mi alma se entristeció. Mi corazón se retorcía de dolor en medio de un charco de lágrimas. Pero llegué a la triste conclusión de que él tenía razón: soy egoísta, irrespetuosa, mal educada...mala persona.