domingo, 30 de enero de 2011

Vuelves...

Hoy volviste, te sentaste a mi lado y tomaste mi mano. Sentí un frío correr por mi brazo, lentamente se iba desplazando hasta mi mente, mi mente que se pierde en tu existencia, mi mente que anda pegada a ti, sin que tú estés con ella.
Me dejaste volar por un momento y abrazaste mi soledad con tu mano.
En ese momento te entregué todo de mí y te lo llevaste. Mañana me preguntaré, cuándo me lo devolverás, aunque no puedo negarte que no quiero que me lo devuelvas, pero no sé si tú quieras quedártelo, no sé si quieras quedarte.
Quizá te irás otra vez. Y no te detengo, pero regresa, siempre, regresa. Vuelve a mi lado, siéntate un momento. Yo disfrutaré ese momento y lo recordaré siempre. Viviré de recuerdos, pero viviré contigo, pues tu presencia siempre estará conmigo, aunque tú no estés aquí.
Ya volviste. Ya sé que vuelves para irte y te comprendo y sigo esperando tu próximo regreso.

2 comentarios:

  1. esperarlo venir para q luego se vaya, que fea dinámica, debe desesperar, pero también aliviar, jeje

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  2. ¡Cierto! Es un alivio, pero desesperante al fin y al cabo.

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