Quién diría que los duendes son tan divertidos, o tan burlones, en especial cuando se trata de mortales.
Un sueño soñado que te deja en un estado de éxtasis, al principio quieres llorar, al momento te inunda la curiosidad, le sigue la sorpresa y luego no paras de reír. La felicidad no quiere dejar tu corazón. La medianoche llega y no quieres ir a la cama, después de un café bien acompañado de unas cuantas cucharadas de azúcar, te niegas a ir a los brazos de Orfeo, y te deja con ganas de volver allá, allá donde existe la fantasía, donde existe la realidad, pero más bella, quizá sea otra verdad, quizá otra fantasía. Teatro al fin!
Espectacular!!
Qué chvr, sueño de una noche de verano, me gustó mucho cuando la leí aunque no la he visto en el teatro, solo en la peli que sacaron T_T... y ahora me dan ganas.
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