- Ester: Te extrañé cuando te fuiste.
- Darío: ¿Alguna vez te dije que volvería?
- Ester: No, no lo hiciste, pero…
- Darío: ¿Entonces?
- Ester: Entonces me hubiera gustado que lo hicieras.
- Darío: Pero no lo hice.
- Ester: Cierto, ¡a veces lo olvido!
Y...¿volverás?
- Darío: No, por lo pronto, no.
- Ester: ¡Te seguiré extrañando!
- Darío: Lo sé.
- Ester: No, no lo sabes. No sabes nada.
- Darío: No te entiendo!
- Ester: No importa! Nunca dijiste que lo harías!
Ella colgó el teléfono. Lo sentía tan lejano, y no era la distancia geográfica, que si hubiera sido eso, no le hubiera importado, era su corazón, su espíritu, era él!
El teléfono sonaba una y otra vez, Ester se sentó a su lado para oírlo sonar, no contestaría…
me hiciste recordar una línea de un libro de bryce echenique en el que el personje decía algo así: "No hay nada mejor que estarse muriendo de ganas de que lo llamen a uno por teléfono y darse el gustazo de no responder". ring.ring
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