sábado, 14 de enero de 2012

Te amo, pero...no sé quién fuiste

A las 2 de la mañana desperté recordándote, no quería seguir acordándome de ti, pero era imposible dormir, mi mente se mantenía activa y se negaba a obedecerme, cuando le ordenaba que se olvide de ti y se duerma de una vez por todas.
Mi almohada se hallaba mojada, ¡claro!, lo había olvidado, me dormí llorando sobre ella, era totalmente lógico que estuviese mojada.
Me recuesto…pienso en ti…me doy una vuelta, me cambio al otro lado de la cama, regreso a mi sitio, hago lo imposible por no complacer a mi mente, pero es muy terca, el reloj llega – como si nada – a las tres de la mañana.
Es difícil seguir creyendo que no voy a pensar en ti, así que vuelvo a ti, vuelvo a extrañarte y mis recuerdos vagan muy disparejos, miro tu foto y mi mente está en blanco, solo mi alma llora.
Trato de iluminar mi memoria con una linterna, pero veo tu rostro y mi alma llora, pareciera que solo ella puede recordarte. Y me detesto por no recordar ese rostro dulce y angelical, me detesto por quererte tanto y no saber quién fuiste, solo sabiendo quién eres ahora para mí.
Y le pregunto a mi almohada cómo es que alguien puede llegar a querer tanto a quien no conoció, ella solo se humedece.

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