Hoy sucedió otra vez, cuando iba caminando, alguien se acercó y no me dijo nada, no mencionó palabra alguna, simplemente...miró, miró fijamente aquel llavero, sí, ése que me obsequiaste cuando estuvimos en Guadalupe. Aún recuerdo ese día:
- Quiero regalarte algo, ¿escoges? - dijiste, mientras paseábamos en aquella feria.
- Mmmm - me sentí muy tímida para decir qué quería -. Si tú me vas a regalar, ¿por qué no escoges tú? - te dije.
- ¿De verdad? - preguntaste, creíste que no me gustaría, ¿acaso pensaste eso?
- Claro, me gustará lo que escojas - dije con cierto temor que al final no me gustara.
Tardaste en tomar una decisión, mirabas todo y cada detalle. Y ¡zas!, ¡lo encontraste!, para mí era perfecto, me gustó mucho.
Hoy colgaba del bolsillo de mi pantalón, y una persona se acercó y no me dijo nada, no mencionó palabra alguna, simplemente...miró, miró fijamente aquel llavero, y a mí me volvió a encantar, y me volví a acordar de ti, y de aquel momento y me encantó más que nunca.
¡Gracias amigo!, gracias por todos esos momentos juntos. Te extraño y te seguiré extrañando. Espero que la distancia haga más fuerte nuestra amistad. TQM.
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