Hoy toqué tu mano, en verdad, fue muy superficial, sólo rocé tu dedo, uno de tus dedos, casi ni lo sentiste, casi ni...ni te importó. No existo para ti, no estoy en tus pensamientos, no estoy en tu memoria. ¿Sabrá mi nombre?, me pregunto a veces y con temor me muerdo la lengua para no contestarme. No quiero escucharme decirme a mí misma que no sabes quién soy, prefiero pensar que me conoces y me tomas en cuenta, prefiero pensar que al menos me reconoces si me ves, que al menos recuerdas mi rostro, mi rostro tímido que nunca expresará nada al mirarte.
¿Será verdad que puedo ver ternura en tus ojos? cuando sólo noto tu seriedad, tu enojo, a veces, tu molestia por una u otra cosa.
Pero cuando sonríes, ¡vaya!, cuando sonríes todo cambia, el día se ilumina, y eso que normalmente te veo de noche, pero aún así puedo ver luz en tu sonrisa, pero esa luz va direccionada hacia otro camino, hacia otro rostro, no al mío.